El viaje hasta Abunã dura
unas seis horas de autobús. El paisaje es desolador. Lo que no está ardiendo en
ese momento es porque está ya quemado con anterioridad.
Algunas visitas van quedando
sin hacer. La de Mapiá es una de ellas. Allí está la sede del Santo Daime, “A Doutrina
da Floresta”, un movimiento religioso sincrético
de tradiciones espiritistas, esotéricas, indígenas, católicas y africanas que
utiliza en sus rituales enteógenos, fundamentalmente la ayahuasca y la chacruna. que ya utilizaban los incas.
Para llegar a Abunã hay que
cruzar el río Madeira. El paso se realiza en gabarras o chatas, impulsadas por
un remolcador.
En mitad del río, el olor a
chamusquina es más intenso y sus aguas van llenas de restos de ceniza.
(Los trazos oscuros que se aprecian al ampliar la imagen son las cenizas ya mojadas)
En poco tiempo el río podrá
cruzarse por el puente que un kilómetro aguas abajo se está construyendo.
Al fondo los pilares del futuro puente
Llegando a la otra orilla: Rondonia
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