miércoles, 14 de septiembre de 2016

039 – DE RIO BRANCO A ABUNÃ

El viaje hasta Abunã dura unas seis horas de autobús. El paisaje es desolador. Lo que no está ardiendo en ese momento es porque está ya quemado con anterioridad.



Algunas visitas van quedando sin hacer. La de Mapiá es una de ellas. Allí está la sede del Santo Daime, “A Doutrina da Floresta”, un movimiento religioso sincrético de tradiciones espiritistas, esotéricas, indígenas, católicas y africanas que utiliza en sus rituales enteógenos, fundamentalmente la ayahuasca y la chacruna. que ya utilizaban los incas.
Para llegar a Abunã hay que cruzar el río Madeira. El paso se realiza en gabarras o chatas, impulsadas por un remolcador.


En mitad del río, el olor a chamusquina es más intenso y sus aguas van llenas de restos de ceniza.

(Los trazos oscuros que se aprecian al ampliar la imagen son las cenizas ya mojadas)


En poco tiempo el río podrá cruzarse por el puente que un kilómetro aguas abajo se está construyendo.

Al fondo los pilares del futuro puente


Llegando a la otra orilla: Rondonia

038 – PLANIFICANDO EL REGRESO

A estas alturas del viaje me planteo el dilema de cruzar el continente hasta Río de Janeiro o bien pasar a Bolivia, cruzarla de norte a sur y regresar desde Asunción (Paraguay).

Hago una estimación de reserva de pasajes para dentro de un mes y en Rio no encontraría billete hasta un mes más tarde de mi llegada (en clase turista, en bussines tardaría una semana y me costaría 5.500 $ USA). Desde Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) no encontraría en clase turista pero sí en bussines a 1.500$ USA y en cualquier día. Desde Asunción los plazos y los precios serían parecidos a los de Río aunque algo más bajos.


La siguiente duda era por dónde entrar a Bolivia. En el mapa os indico las dos opciones. En la  primera, por Cobija, ignoraba las comunicaciones desde allí y podía meterme en un agujero y además tenía que volver sobre mis pasos, cosa que no es de mi agrado; en la segunda, por Riberalta, sabía que tenía comunicación con el resto del país a través de Trinidad y además me permitía conocer Guajará-Mirim, uno de los extremos del “Ferrocarril del Diablo”. Opté por esta última.


037 – MORIR EN BRASIL

Es un lugar común que en la selva impera la ley del más fuerte. Esto vale también para los humanos. Y no es algo del pasado. Global Witness es un intento de informar a la sociedad de los abusos, asesinatos generalmente, cometidos contra los defensores de la naturaleza frente a los poderosos, ya sean personas físicas o multinacionales. Su último informe (en español) está accesible en Internet. Si no tenéis ganas de leer os incluyo un gráfico del informe:



Brasil encabeza la clasificación de esta modalidad olímpica (permitidme la macabra ironía). Algunas de estas muertes tienen repercusión mediática y son las que trascienden, valgan como ejemplo:

Wilson de Souza Pinheiro (1980)
Vicente Cañas (1987)
Chico Mendez (1988)
Dorothy Mae Stang (2005)
Jose Claudio Ribeiro da Silva y su esposa, Maria do Espirito Santo (2011)
Gonzalo Alonso Hernández (2013)
Raimundo dos Santos Rodrigues (2015)

Entre ellos hay dos españoles: Vicente Cañas y Gonzalo Alonso Hernández.

El jesuita Vicente Cañas Costa fue asesinado (1987) por defender los derechos sobre la tierra de los indígenas Enawenê-nawê que viven en una única gran aldea cercana al río Iquê, afluente del río Juruena, al noroeste del estado de Mato Grosso. Dos paisanos suyos escribieron su biografía.



Más reciente es el asesinato del biólogo español Gonzalo Alonso Hernández (2013) muerto por defender la “Mata Atlántica” y que incluyo aquí, en un blog sobre la Amazonía, como homenaje.



Otra religiosa, la hermana Dorothy, figura en esta triste lista. Su asesinato, ocurrido el 12 de febrero de 2005, también alcanzó cierta repercusión al pertenecer a una orden religiosa y haberse rodado un documental sobre la misma.


036 – CHICO MENDES

Como Chico Mendes era conocido el cauchero brasileño Francisco Alves Mendes Filho, que fue asesinado (1988) en la puerta de su casa por su activismo ambiental en contra de la desaparición de la selva amazónica.
Su muerte tuvo una gran repercusión internacional y se difundió  lo que estaba pasando en la Amazonía. El peruano Luis Llosa, primo de Vargas Llosa,  que ha realizado varias películas sobre la selva amazónica: Eight Hundred Leagues Down the Amazon (1993), adaptación de “La jangada” de Verne (sin versión española), Anaconda (1997) y El Dorado, el templo del Sol (2010), dirigió en 1993, Fuego en el Amazonas,  sobre la muerte de Chico Mendes, aunque la rodó en Iquitos y la situó en Bolivia, se permitió algunas licencias quizá para evitar problemas legales.



La casa de Chico Mendes en Xápuri fue convertida en museo. La he encontrado cerrada, con un cartel que anuncia unas reformas y que según un lugareño es todo lo que se ha hecho al respecto.




En España, Javier Moro, publicó en 1992, un ensayo sobre el activismo ambiental en Brasil, centrando su discurso en la vida y muerte de Chico Mendes. Lleva varias reediciones.




La muerte de Chico Mendes no fue la primera y, desgraciadamente, tampoco la última. Es una realidad de permanente actualidad.

martes, 6 de septiembre de 2016

035 – XÁPURI

Desde Rio Branco volví sobre mis pasos para visitar Xápuri. Es un pueblo de unos nueve mil habitantes situado en la desembocadura del río Xápuri en el río Acre. Se hizo famoso porque allí vivió Chico Mendes, cauchero, sindicalista y defensor del medio ambiente. Él se oponía a la tala masiva de la selva para defender su trabajo de siringueiro y entendía que el bosque amazónico debía conservarse. Fue asesinado por pistoleros a sueldo de los hacendados. Eso fue en 1988.

Paisaje en el camino a Xápuri


Río Acre después de recibir las aguas del Xápuri

Calle de Xápuri

Tierras erosionadas en los alrededores de Xápuri

La imágenes anteriores son bastante ilustrativas y una vista de satélite nos muestra la amplitud de la deforestación.

Imagen de la región de hace tres años

De poco sirvió el sacrificio de Chico.

lunes, 5 de septiembre de 2016

034 – RIO BRANCO

Rio Branco es la capital del estado de Acre. Inicialmente una factoría cauchera en unas colinas de la margen derecha del río Acre, actualmente ocupa ambas riberas ampliamente. Su nombre lo debe a José Maria da Silva Paranhos Junior, Barón de Rio Branco, que fue quién logró el territorio para Brasil con el Tratado de Petrópolis

“El Tratado de Petrópolis es un tratado de paz firmado entre Bolivia y Brasil en 17 de noviembre de 1903 en la ciudad brasileña de Petrópolis, por el cual Bolivia cedió una superficie aproximada de 191.000 km², que corresponden en su mayor parte con el actual estado del Acre, al Brasil,1 ya en 1867 por el "Tratado de Paz y Amistad" Bolivia había cedido otros 164.242 km² de la región del Acre que fueron anexados por Brasil a la entonces provincia y actual estado de Amazonas.” (De la Wikipedia

Monumento a la bandera en la margen izquierda del Acre


No es una ciudad turística. Sus pocos lugares de interés no están muy cuidados, cierran los fines de semana y el Museo del Caucho lleva meses cerrado por reformas, aunque el aspecto es de abandono.

Museo de la Borracha

El río Acre tiene su caudal bajo mínimos y hay una alerta por sequía con la recomendación a la población de controlar el consumo de agua. Según dicen hace cinco o seis años que durante la estación seca, de mayo a octubre, no llueve ni un solo día… ¡en la Amazonía!

Plaza de los Autonomistas y Palacio de Rio Branco





domingo, 4 de septiembre de 2016

033 – HACIA RIO BRANCO: VIAJE ACCIDENTADO

El viaje desde Assis Brasil hasta Rio Branco lo hice en dos tramos. El primero hasta Brasileia, en taxi, como comenté. A unos cuarenta kilómetros de marcha el conductor para rápida y repentinamente. El motor estaba que ardía. Se había roto un trozo de la tapa del radiador.



Hacía un sol de justicia y tuvimos que esperar casi una hora a que llegara otro taxi al que se le mandó recado con otro conductor. No es una carretera muy transitada.
¿Pero no estás en la Amazonía? ¿No había sombras? Ni media. En Acre la única selva que queda son las reservas indígenas. El resto del territorio está desforestado, convertido en praderas para la cría de ganado bovino.
La madera ya se extrajo y lo que queda de bosque está en proceso permanente de quema. Todo el estado huele a chamusquina.

Urubús comiéndose una ternera muerta

En Brasileia, el taxi nos dejó en el lugar en que suelen concentrarse. Justamente había uno que salía para Rio Branco y con nosotros completaba el pasaje. Mientras cargábamos el equipaje salen dos tipos pegando tiros del supermercado de enfrente que lo acababan de atracar. No resultó muy alentador.

Continuamos y cuando llevábamos una media hora de viaje, el taxista se sale de inmediato a la cuneta. El motor estaba que echaba fuego. Le revisó el agua al radiador y no le puso el tapón al depósito. Nueva espera de hora y media.



A la altura del desvío a Xápuri hay un control fijo de la Policía Federal. Nos paran, me hacen bajar y me registran todo el equipaje meticulosamente, sólo les faltó cachearme. Mi identidad no les importó.

El resto del viaje transcurrió de noche. Esto permitió ver la gran cantidad de fuegos existentes que son los que dejan el permanente olor a calcinado.

032 – ALFONSO DOMINGO

Alfonso Domingo Álvaro es un periodista segoviano que en 2003 consiguió el VII Premio Ciudad de Salamanca de novela por su obra “La estrella solitaria”. Es la descripción novelada del episodio de la independencia de Acre y la proclamación de Gálvez como su presidente. Se lee de dos tirones.



Tres años después Alianza le publicó “La serpiente líquida” . El subtítulo es el gancho editorial porque realmente se trata de una descripción de diversos aspectos de la vida en la Amazonía.



031 – MARCIO SOUZA

Marcio Souza es un escritor manauense con una vasta obra literaria sobre la Amazonía brasileña, tanto de ficción como ensayo. En 1976 publicó “Gálvez. Imperador do Acre” relato en clave de humor de la aventura del español en el Amazonas. Ha tenido múltiples reediciones. En español se publicó como “Gálvez. Emperador del Amazonas”.




Ha colaborado en la realización de numerosos documentales y adaptó al cine la obra de Ferreira de Castro  “A selva”, que dirigió Leonel Vieira





La película está todavía a la venta en Amazon. La novela en español está agotada. Si queréis conocer la vida de los caucheros la novela es información de primera mano. Como siempre, la película es un sucedáneo de la obra literaria.

030 – ACRE

Acre es el estado brasileño más occidental, en la frontera con Perú. Tras diversos tratados de límites con Portugal, el territorio del Acre quedó anexionado a la corona española.
Cuando se produjo la independencia de Perú y luego la de Bolivia, el territorio del Acre quedó para Bolivia. Brasil ya había hecho una ocupación de facto de gran parte del mismo y lo incorporó al estado de Amazonas  y según la legislación internacional de la época, el derecho de ocupación tenía validez, así que lo que Bolivia se anexionó fue una pequeña parte, reconociendo Bolivia, en el Tratado de Ayacucho, esos límites.



Después vino una rocambolesca historia de independencia del Acre del estado boliviano con la creación de una nueva nación, la República de Acre, y su posterior adhesión a Brasil, movimientos siempre favorecidos por el gobierno brasileño. A Bolivia, nación pobre, siempre le ha tocado las de perder. Igual le pasó en otras ocasiones, como la salida al mar. 
La República de Acre fue proclamada por un español, el gaditano Luis Gálvez Rodríguez de Arias que vivió entre siglos (XIX y XX) y que ha pasado a la historia por su extraordinaria aventura.

Sobre Gálvez han escrito el brasileño Marcio Souza y el español Alfonso Domingo.

Bandera actual de Acre, creada por Gálvez

Los colores de la bandera de Acre representan: la paz, el amarillo, y la esperanza, el verde. Los colores fueron premonitorios de lo que ocurriría después. En la actualidad Acre está desforestado. El color verde de su territorio ha sido invadido por el amarillo y es un estado de color pajizo con algunas haciendas, las más antiguas, que comienzan a presentar fenómenos erosivos, tornando el color a rojizo, que es el color del suelo de la selva cuando desaparece la vegetación.

029 – HACIA LA TRIPLE FRONTERA

Puerto Maldonado está en la ruta de la llamada Carretera Interoceánica que une Río de Janeiro con Lima. El pueblo fronterizo peruano es Iñapari, el brasileño, Assis Brasil, y el boliviano Bolpebra (acrónimo de Bolivia, Perú y Brasil).
El río Acre, que delimita la frontera por el sur y da nombre al estado brasileño fronterizo, separa a Assis Brasil de Iñapari y Bolpebra. Estas dos poblaciones están a su vez separadas por el río Yaverija que es un afluente del Acre por su derecha.



El viaje desde Puerto Maldonado se hace en “”vanette”, no hay autobuses. Las empresas que prestan el servicio están próximas al mercado Punto Azul y salen aproximadamente a las horas en punto.



La carretera es como una nacional en España, bien conservada, y la selva ha desparecido en dos o tres kilómetros a ambos lados, sustituida por terrenos cultivados o por pastos para el ganado. Son frecuentes unos carteles verdes con el texto en blanco “PROTEJAMOS LA NATURALEZA” de buen tamaño. Es la ironía del Ministerio de Agricultura peruano.
En cuatro horas llegamos a Iñapari. He de esperar para pasar el control de Emigración porque no hay luz. Iñapari es un pueblo caminero que ha crecido a lo largo de la carretera.



El río Acre se cruza por el Puente de la Integración y se llega a la aduana (alfàndega, en portugués) brasileña, un lugar en mitad de la nada con un edificio espectacular. Brasil es un país imperialista y cuida mucho las formas en ese sentido.


Un motocarro-taxi me llevó hasta allí. Eran las dos de la tarde y después del trámite en la Policía Federal tuve que esperar una hora hasta que finalmente apareció un taxi de Assis Brasil que me llevó a la Plaza de Armas y allí encontré otro taxi al que le faltaba un pasajero para completar el viaje hasta Brasileia, primera ciudad con autobuses después de la frontera.


Brasiléia está en la parte convexa de un meandro del río Acre, a dos horas de coche de la frontera. En la parte cóncava está Cobija, que es boliviana.



viernes, 2 de septiembre de 2016

028 – PUERTO MALDONADO

Puerto Maldonado es una ciudad típica de la selva: calles en cuadrícula, anchas, polvo por doquier, siempre a medio hacer y vegetación exuberante. Los alrededores no están desforestados y desde la altura se confunde el final de la ciudad con la selva. Esto ocurre en pocas ciudades de la Amazonía.



Como es una ciudad grande y con edificios bajos, para desplazarse hay que recorrer grandes distancias y está llena de moto-taxis, motocarros-taxi y auto-taxis. Parece increíble que tanta gente pueda vivir de esta actividad.
Está situada en un gran meandro del río Madre de Dios, algo más abajo de la desembocadura  por la izquierda del río de las Piedras y antes de la confluencia del río Tambopata por la derecha. El nombre se lo dio el cauchero Fermín Fitzcarraldo, el de la película, que conoció muy bien la cuenca de este río. Le precedió explorándolo Faustino Maldonado que dejó escrito en un shihuahuaco  su nombre y el cauchero le rindió honores llamando al lugar Puerto Maldonado. No está corroborado pero queda bonito.



La frontera con Bolivia no queda lejos de la ciudad, río abajo, y otro de los lugares que quiero visitar es Riberalta, ciudad boliviana que se encuentra en la margen derecha del río Madre de Dios justo en la confluencia con el río Beni.


De la información obtenida en el puerto de la ciudad, el descenso del Madre de Dios hasta Riberalta era azaroso y podría tardar entre tres o cuatro semanas y además quería conocer el estado de Acre. Opté por desplazarme hasta Iñapari, por carretera, en la frontera con Brasil, y plantearme luego como llegar a Riberalta.