Se considera que hoy día no hay grupos de nativos
que desconozcan la existencia de nuestra civilización. Es posible, muy
probable, que haya grupos cuya existencia desconozcamos pero no al revés.
Los nativos que todavía viven en un estado primitivo
están relegados a las zonas de la selva más recónditas y de acceso difícil para
el hombre blanco. Voluntariamente nos huyen porque en su memoria colectiva
quedan las atrocidades que se han cometido contra ellos, fundamentalmente en la
época del caucho. Se sabe que esto es así porque existe una gradación de
contactos entre los que viven aislados, los que tienen contacto ocasional y los
ya integrados o en contacto permanente. Es a través de esa cadena de
comunicación que ellos saben de nosotros y nosotros de ellos.
Situación de los nativos en aislamiento voluntario
Hay una gran controversia entre antropólogos,
misioneros, gobiernos, conservacionistas y manifaceros de todo tipo, sobre la actitud a adoptar con estos grupos. ¿Hay que
integrarlos en nuestro mundo o dejarlos en sus territorios protegidos a modo de
santuario natural y humano?
El hambre de la población y la codicia de las
empresas motivan que se estén invadiendo progresivamente los lugares más
recónditos en busca de madera, oro y petróleo y como se dice en castizo: no se
le pueden poner puertas al campo.
En consecuencia el futuro de la selva y de estos
grupos de personas es la desaparición en su estado actual y en el mejor de los
casos se podrá disminuir el impacto y controlar los efectos adversos de la intromisión de la "civilización" para que
no acabe en catástrofe.
Mashco-Piros avistados en Shipetiari en enero de
2015
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